miércoles, 11 de febrero de 2009

Atacaron por tercera vez al local del Partido Comunista

Un tercer ataque a nuestro local en Concordia

El domingo 8 pasado el local del Partido Comunista de Concordia volvió a ser atacado por tercera vez. En este caso, la prolijidad de la pintada, nuevamente una gran esvástica en la puerta de entrada, demuestra el nivel de impunidad de estos sectores para realizar tareas xenofóbicas.
Estamos obligados a mencionar que no hemos recibido ni un solo llamado del Ejecutivo Provincial solidarizándose por estas permanentes agresiones.
Al mismo tiempo vemos al Intendente de la ciudad de Concordia, Gustavo Bordet, reuniéndose con los directivos de la DAIA presentándoles su preocupación sobre estos hechos, siendo que los principales afectados somos los militantes del Partido Comunista de la Provincia, y en especial, nuestros camaradas de Concordia.
En el transcurso de la semana se efectivizó una guardia policial en las cercanías a nuestra institución partidaria, pero, casualidad o negligencia, entre la 1 y las 4 de la mañana del domingo nadie estaba para actuar ante este nuevo ataque. El compromiso con los mandos de la Policía de Entre Ríos estaban asumidos con más de diez días de anterioridad, por tanto es, como mínimo, imprudente la retirada de esa guardia debido a los antecedentes inmediatos.
Teniendo en cuenta que está realizada la denuncia penal, presentada por el INADI, en el Tribunal Federal de Concepción del Uruguay, vamos a exigir nuevamente a los ejecutivos local y provincial, para que realmente actúen con vehemencia aportando a la Justicia todos los elementos que puedan recobrar, para evitar que esta situación se traslade a instancias de mayor violencia.
Además, agradecemos la actitud solidaria y responsable en estos días del delegado en Concordia de la Subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia, Rubén Bonelli, por su acompañamiento y sus opiniones públicas que sitúan la verdadera necesidad de llevar estos temas con responsabilidad y firmeza, impidiendo que algunos sectores se aúpen a una causa que no le corresponde ni por su pasado ni por su presente.
Nuestra solidaridad con el pueblo palestino va a seguir estando intacta y en permanente movimiento. Nuestra lucha contra el fascismo, la xenofobia, y la discriminación a la que han sido sometidos los sectores más humildes y castigados por este sistema económico de exclusión, va a seguir siendo consecuente.
Insistimos que los ataques a nuestro local no tuvieron carácter religioso, sino de poder y de un claro posicionamiento de clase.
El descontento permanente pregonado desde algunos sectores de poder de la Argentina, que abiertamente plantean la organización popular como clientelismo, a los dirigentes sociales como punteros, a la pobres como delincuentes, a la desocupación como haraganería, y a la ayuda social como pérdidas financieras, es el que brinda elementos que generan la plataforma para este tipo de acciones.
Esos sectores, que se atreven a cambiar la letra del Himno Nacional para justificar su deseo repulsivo de clase (el rabino Bergman gritando "seguridad" en lugar de "libertad"), tendrían que repensar hacia donde quieren conducir el estado permanente de conflicto que llevan adelante, porque situaciones como la que han sucedido en Concordia, se despiertan con ese estado de confusión, obstinación y caos que trasmiten a la sociedad en su conjunto.

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