Este fin de semana se llevó a cabo en San Pablo el décimo Encuentro Internacional de Partidos Comunistas. Es simbólico que una reunión de esta envergadura se realice en Nuestra América, poniendo de relieve el estadio actual de la lucha antimperialista en la región con experiencias progresistas y de izquierda.
En el contexto de la crisis internacional, cuando el capitalismo está ante el fracaso del neoliberalismo, el centro de la cuestión planteada a los comunistas y revolucionarios es encontrar una salida avanzada que respete los intereses de los trabajadores y de los pueblos, principal desafío que marcó los debates en la reunión de San Pablo.
Hay una fórmula, defendida por los monopolios trasnacionales, conservadora y ultraliberal, que ahora llama a la intervención de los gobiernos en la economía y da la espalda al Estado no intervencionista que defendían a coro con Bush. Para ellos, la crisis legitima el uso indiscriminado del dinero público (decenas de billones de dólares) para salvar bancos y empresas. Empresas que no aceptaban distribuir sus ganancias escandalosas para fortalecer la capacidad de los gobiernos de adoptar políticas generadoras de empleo, de distribución de la renta o aplicarlas en programas sociales.
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Editorial de Nuestra Propuesta del jueves 27 de noviembre de 2008
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