lunes, 10 de noviembre de 2008

Adueñarnos del futuro *

La lógica de la subordinación al modelo trasnacional del neoliberalismo con sus organismos de control y dictado de políticas de Estado llevó a nuestro país al precipicio de 2001 y al derrumbe del que aún no se ha recuperado, pese al periodo de bonanza producida por los altos precios de las materias primas. Es en este contexto que se debe analizar la crisis de gobernabilidad por la que transcurrimos y los factores que actúan en ella.
El gobierno ha sido hasta ahora incapaz de ir más allá de la gobernabilidad de tercera vía con intentos de intervención en las rentas extraordinarias, aunque esto es rechazado duramente por la derecha que consigue un espectro de adhesión heterogéneo. Derecha q
ue esta transitando una larga marcha hacia su recomposición ideológica y política, en torno de la imposición de un nuevo modelo económico, con superconcentración del ingreso, con elementos culturales fascistas, racistas, anticomunistas, antiizquierda; una recreación que no es solo nacional, ni se la puede pensar localmente, cuenta con sinónimos en Latinoamérica, como los autonomistas bolivianos o los antichavistas venezolanos, es parte de la estrategia imperial de reacción ante los avances de los pueblos y ante la crisis global del capitalismo.López Murphy, uno de sus representantes, critica al gobierno ya que “intenta socavar los pilares de un país republicano con el golpe de gracia a las jubilaciones privadas, porque se gastó los recursos en la época buena, violando de este modo las libertades individuales” y termina advirtiendo “que este cambio nos acerca más a la chavización”. La función de los sectores que representa sería, entonces, “defender la seguridad jurídica y construir un país previsible”. Esto del lado de las convicciones y del plan de la derecha. Pero hay sectores, ya desde el momento del paro patronal del agro, que toman la oposición y el rechazo de raíz a las actitudes del gobierno como único modelo político posible, lo que los lleva a considerar relativas sus diferencias con representantes de los sectores privilegiados, oligárquicos de la sociedad y terminan como dependientes, ni siquiera incómodos, de esta derecha, contribuyendo así a la constitución de un bloque. Ejemplo de ese pensamiento colonizado, el señor Buzzi, que revela tan campante su propósito de esmerilar al gobierno a como haya lugar, incluso en el tema de las estatizaciones. Cosas veredes…En cuanto a los sectores populares, es necesario adueñarse del futuro y lograr la necesaria respuesta alternativa. Contamos para ello con programas de ese carácter, entre otros el aprobado en la Constituyente Social en Jujuy, que considera indispensable la integración latinoamericana y la distribución de la riqueza

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* Editorial del 5 de noviembre de Nuestra Propuesta

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