martes, 20 de abril de 2010

Hay que vencer la conspiración de la derecha y avanzar en la profundización de los cambios

El secretario general del PCA sostiene que “se puede actuar con flexibilidad a condición de preservar la autonomía para construir una fuerza de largo alcance”. Y agrega: “Este es un asunto crucial en el debate y la construcción”. Para Echegaray, es indispensable que la fuerza a construir tenga “un claro norte de confrontación con el imperialismo y con la derecha local”.

-¿Cómo lograr que la izquierda genere alternativa propia, que contribuya a vencer la conspiración derechista?

-El debate tiene que ser el alimento para la construcción de la resistencia y de la capacidad de vencer a la conspiración derechista y para labrar un camino de profundización de los cambios hacia el país que necesitamos. Noto un gran avance en este debate. Hace dos años no estábamos de acuerdo ni siquiera en si había derecha en este país. Esto se discutía en todas partes, incluido en el Partido Comunista. Es un avance muy serio que desde distintos ámbitos de abordaje y desde distintas formas de pensamiento hayamos podido coincidir en que existe una ofensiva de la derecha. Es un dato clave. No se puede luchar sin saber por qué se lucha, contra quién se lucha y, dentro de ese enemigo, cuál es el enemigo principal. Y también hemos avanzado en esta última cuestión.

Como marxistas, somos dialécticos y el análisis de las contradicciones es fundamental, podemos ubicar bien al enemigo principal si hacemos una reflexión respecto a que, así como las revoluciones son internacionales por su contenido y nacionales por su forma, la contrarevolución también es internacional por su contenido y nacional por su forma.

-¿Afirmás que las contrarrevoluciones son internacionales por su contenido?

-Evidentemente es el imperio, mediante la administración que parecía la administración benévola, el que está capitaneando al enemigo principal y es el jefe estratégico de las derechas locales, autóctonas latinoamericanas. Es el imperialismo norteamericano de la administración Obama. ¿Cuál es la diferencia entre Obama y Bush? La diferencia está en que hasta Bush funcionaban los “tanques de pensamiento” que venían desde Reagan, con Vernon Walters a la cabeza, los Documentos de Santa Fe 1, 2, 3, 4 y otros más y más desarrollados como el de la “disuasión discriminada” y ahora esta el “think thank”, que apoya y elabora la estrategia de Obama, que empezó a funcionar con el anterior gobierno demócrata, el de Clinton, que tiene ingerencia en este gobierno, nada más y nada menos que la secretaria de Estado, y desarrollan la llamada “estrategia inteligente”, tomando como inteligencia a la capacidad de combinar distintos elementos, no sólo una política específica como la disuasión militar, sino la combinación de distintos elementos, una estrategia polifuncional. Por ejemplo, la de los golpes de Estado, “renovados”, “recreados”, como el de Milosevic,“coloridos”, “tricolores”, que han aplicado en Medio Oriente, en la desarticulación de la Unión Soviética, en Ucrania. Esta nueva política mostró toda su perfidia en Honduras. La “estrategia inteligente” contiene también la idea de la ofensiva militar, la de comprimir a América Latina con bases militares, desde La Florida hasta Malvinas. La de Malvinas es una grandiosa base militar que comprime el continente desde el sur con el Comando Sur desde el norte, llenando de bases, algunas verdaderamente constituidas y otras a las que llaman “nenúfares”, que son bases que funcionan como esas plantas acuáticas, flotando, pero que en un momento se fijan y actúan sobre un objetivo determinado.



Entre las primeras está Mariscal Estigarribia, en Paraguay, que es la pista más larga y mejor equipada, es de hormigón de dos metros de espesor, para soportar el peso del aterrizaje de aviones enormes, que transportan miles de toneladas de tanques, cohetes, soldados, equipos, abastecimientos, etcétera. El imperio tiene a Colombia, que no solo es una amenaza para Venezuela, sino una especie de Israel de América Latina y tienen múltiples líneas de amenaza, incluso a Brasil. El ejército colombiano ha sido transformado en uno de los ejércitos más poderosos, mejor armados y equipados del mundo, con gran capacidad aerotransportada y helitransportada, que constituye un peligro serio. Además, en el reciente proceso electoral ha salido fortalecido el ex ministro de defensa de Uribe Juan Manuel Santos y el Polo Democrático ha retrocedido. Entonces hay una amenaza de carácter golpista, una de carácter militar y toda una política de deterioro, de desgaste y desangramiento, para desmontar en el terreno electoral, constitucional, a los gobiernos. Por ejemplo, los yanquis saben que necesitan una provisión muy estratégica de Venezuela, y saben que eso no lo garantiza cualquiera. Si arman un zafarrancho demasiado grande se pueden quedar sin el millón de barriles de petróleo venezolano que EE.UU. necesita todos los días, es un problema delicado que cualquier gobierno de derecha golpista que no esté bien preparado puede hacer fracasar ese suministro. Por eso no hay que descartar que estén tomando la próxima elección de setiembre para acumular fuerzas, ganar algunas gobernaciones, armar un bloque de diputados grande y preparar para 2012 un desplazamiento de Chávez por vía electoral, con una derecha más preparada, con un par de años de vida parlamentaria.

-En estos días se dice que la derecha no tiene un liderazgo claro en nuestro país.

-Tenemos que ubicar este conglomerado de derecha, que ahora está siendo acusado y golpeado en los grandes diarios, que perdió algunas confrontaciones muy evidentes, por sus egos incontrolables, por fragmentación, por incapacidad para presentarse unidos. La derecha muestra la hilacha por lo que es en esencia, pero también por medidas y posiciones radicalizadas del gobierno, que en realidad es lo que gana en la lucha contra la derecha, tal como se experimenta en Cuba, en Venezuela o en Bolivia. Somos proclives a subestimar al oponente, pensamos -más que nada en la izquierda- que son incapaces, que nunca se van a unir. Podemos hacer todas las caracterizaciones sobre las dificultades que tienen, pero hay fuerzas poderosas que trabajan para unirlos y son estratégicas, el imperio, su embajada, el Departamento de Estado, la propia Hilary, el señor Valenzuela, conspirador antilatinoamericano muy preparado y peligroso. Pero además, hay poderosos orientadores, como decía en su momento Gramsci para Italia, el intelectual orgánico y la dirección táctica de la derecha, la tiene la prensa, y no solo Clarín. Baste como prueba, cuando Grondona escribió que “ya no se trata de que los Kirchner cambien, sino que hay que cambiar a los Kirchner”, lo hizo en una nota editorial y a partir de ahí se desató una ofensiva general. Ahora critican a los personajes de la derecha para que se muevan con mayor “seriedad” y con mayor cohesión.

-¿Qué lectura se puede encontrar en la izquierda sobre el gobierno?

-Hoy tenemos una visión más coincidente sobre este tema clave. Ha costado mucho ubicarse. La idea del apoyo crítico es muy interesante y a su vez debemos ser muy cuidadosos con dos cuestiones, el apoyo acrítico y el lanzarse sin reflexionar a sumarse al gobierno, porque hay que defenderlo. El otro peligro es el de la oposición poco inteligente, la oposición sistemática, que inevitable y fatalmente llevará agua al molino de la derecha. Una izquierda responsable, una izquierda inteligente, una izquierda audaz, no debe tener miedo de criticar al gobierno en lo que haya que criticarlo, pero tampoco debe tener miedo de apoyarlo si son correctas las cosas que hay que apoyar. Y no tenemos que dejarnos chantajear por aquellos que nos quieren hacer callar diciéndonos “sos kirchnerista”, cuando en realidad, no hace mucho tiempo varios de ellos viajaban en el avión presidencial y quizás acumularon rencores porque no consiguieron lo que habían previsto que el gobierno, o personajes del gobierno, les iban a conceder. Por eso hace falta que la izquierda esté bien ubicada en este terreno, lo que nos exige esfuerzo intelectual y mucho esfuerzo moral, porque la izquierda argentina, por su dispersión, por su sectarismo, por su falta de constitución, no es visualizable, no puede entonces jugar el papel suficiente. Eso tenemos que asimilarlo, hay que bancarse la pesadumbre de que no somos el enemigo principal de la derecha y del imperialismo.

-¿Cómo ves al gobierno ante esta ofensiva?

-El gobierno, con todas las insuficiencias que tiene, con las agachadas que podemos certificar y con todo lo que le falta por hacer, con todo lo que le criticamos, es el enemigo principal de esta derecha. No lo digo como virtud, al contrario, pero es necesario asumirlo. Si alguien vio la tapa de Clarín y lo vio a Videla esposado, custodiado, ni siquiera por la Gendarmería, el Ejército o la policía, sino por el Servicio Penitenciario Federal, realmente puede comprender por qué esta gente (la derecha) está tan enojada. El gobierno debe radicalizarse, entre otras cosas, porque no tiene retorno. Que en Mar del Plata Chávez haya podido decir “hoy hemos enterrado aquí al Alca”, que era la estrategia norteamericana para contener América Latina bajo su hegemonía, y que esto haya sucedido en la Argentina y con la presencia de Bush, es un punto de inflexión. ¿Por qué? Porque el momento de la contraofensiva norteamericana iba a llegar “más temprano que tarde”, como se dice, porque producto de los procesos neoliberales que se desplegaron en el continente, América Latina se convirtió en el lugar de mayor erosión de la hegemonía norteamericana, y para parar ese proceso tienen que liquidar gobiernos y tienen que tener una estrategia. La tuvieron para Chile, se apoyaron en la falta de “charme”, de encanto y de decisión de la Concertación, le hicieron una izquierda crítica que la amenazó y le armaron una derecha de nuevo tipo. En Panamá, Martinelli, el empresario neoliberal, le ganó las elecciones a una izquierda dividida que se “democratizó” de una manera estúpida, el partido hizo una interna con un montón de candidatos, se dividió más aún y vino Martinelli, levantó la idea del “empresario exitoso y eficaz” y ganó. Martinelli es admirador de Berlusconi, en siete meses de gobierno ya hizo tres viajes a Italia a visitarlo, el chileno Piñera es el empresario exitoso. Acá tenemos dos, tenemos al empresario y ex presidente de club de futbol argentino y al empresario multimediático exitoso colombiano-argentino, que ahora dice que quiere ser presidente.

-¿En 2011, el oficialismo ganará las elecciones?

-En esta situación, donde hay una ofensiva de derecha tan estructurada -destituyente es una palabra linda, pero liviana, insuficiente-, se comienza a respirar un clima con la posibilidad de interrumpir este proceso en 2011 a partir de una derrota electoral. Esto requiere mucho esfuerzo, mucha inteligencia, tanto de Kirchner, del gobierno, como de la izquierda. Con relación a la táctica de la izquierda, creo que hay varios elementos. Me parece que la izquierda tiene que tener la táctica de confrontar con la derecha en todos los terrenos, de la mejor manera y no dejarle pasar ni un cachito así. Es decir, desplegar toda la política de resistencia, toda la política antimperialista. También hay que estimular, alentar, presionar con todo para que el gobierno se radicalice, metiendo la idea de que América Latina y Argentina se están moviendo dentro de una contradicción principal, o los procesos posneoliberales se radicalizan, van más a fondo en las transformaciones y a partir de ir más a fondo se ganan el aval del pueblo, o habrá restauración derechista, restauración neoliberal que será un neoliberalismo salvaje de verdad, que no vendrá sólo con planes de privatización, sino con un plan de saqueo liso y llano. Hoy la discusión sobre las reservas no consiste solo en que quieren que el gobierno pague con el Presupuesto los compromisos de la deuda y deje sin recursos a los planes sociales y así pierda consenso en la población, sino que también quieren esos miles y miles de millones para apropiárselos, para cuando sean gobierno. No nos engañemos, vienen por todo y por eso también y, por supuesto, como todo eso no pasaría fácilmente, vienen también con planes de represión. Y por fin, es probable que haya problemas fiscales, el gobierno ha tenido cierto éxito en las políticas de promoción del mercado interno, el dinero que se ha puesto en la Asignación Universal por Hijo, en cooperativas, en subsidios, es lo que ha permitido que el impacto de la crisis no sea tan brutal, y eso ha favorecido que haya una perspectiva no catastrófica para el año que viene, pero igual existirán problemas fiscales, entonces para profundizar hay que cambiar la ley impositiva, hay que aumentar el mínimo salarial, avanzar en las jubilaciones, universalizar de verdad la Asignación por Hijo, y hay que generar grandes obras, grandes planes de infraestructuras y viviendas, que permitan potenciar el mercado interno.

-¿Qué papel le cabe a la izquierda? ¿Qué discusiones debe afrontar?

-La cuestión es crear una fuerza real de la izquierda, y eso no se puede lograr si no es en la confluencia. Una fuerza que tiene que tener profundidad y amplitud, una fuerza que se construye en la lucha y en el debate, ni solo en el debate, ni solo en la lucha. Hay que luchar y hay que librar debates necesarios con los viejos y los nuevos temas. Uno de los importantes es que se puede actuar con flexibilidad a condición de preservar la autonomía para construir una fuerza de largo alcance, este es un asunto crucial en el debate y la construcción. Desarrollar un debate contra el sectarismo, al que hay que ponerle fin, abolirlo, ponerlo a cadena perpetua, lo mismo para los hegemonismos, los vanguardismos en la izquierda. Y hay que abordar algunos debates nuevos: es verdad que hay una izquierda que marchó con los lobbistas del campo al Monumento de los españoles, pero también hay una izquierda que ha tomado la teoría de la derecha de que esto es un fin de ciclo. Entonces, como hay un fin de ciclo, el gobierno ya no va más, entonces vamos a articular en la crisis del gobierno, por lo tanto vamos a ser más antigobierno que cualquiera, ¿por qué?, porque ahí acumulamos, ahí nos engrandecemos, ahí nos fortalecemos. Yo invoco la atención, esto es sumamente peligroso, esto lleva agua al molino de la derecha, esto es sembrar vientos de los cuales van a venir tempestades contra el pueblo y contra la izquierda. No está dicho que si se contribuye a derribar al gobierno lo que va a venir será un gobierno de estos sectores de izquierda, que creen en esa acumulación y se suman alegremente al llamado Grupo “A”. No va a ser así.

Recordemos la experiencia de la izquierda italiana. Refundación Comunista y el Partido de los Comunistas participaban en una coalición con Romano Prodi, era una coalición reformista, podríamos decir de izquierda “light”, pero que había permitido que hubiera 53 diputados comunistas y que Bertinotti fuera el presidente de la Cámara de Diputados. Se discute el tema presupuestario y había dos posibilidades, o mantener a Prodi con fuertes críticas, objeciones y enmiendas al presupuesto, o impugnar el presupuesto, hacer saltar a Prodi, generar una crisis y precipitar una elección adelantada como lo prevé el sistema constitucional italiano para situaciones críticas. Los compañeros hicieron esto, razonaron, ahora le metemos la crisis a Prodi, lo echamos y después venimos nosotros. Y no, vino il cavalliere Berlusconi. Hago un llamado a que una parte de la izquierda argentina no caiga en estas simplificaciones oportunistas. Esto debe ser debatido, pero la política de la izquierda pasa por construir una fuerza basada en la confluencia, esa fuerza tiene que tener un claro norte de confrontación con el imperialismo y con la derecha local y tiene que tener una política de apoyo crítico al gobierno, sin temor a criticar y también sin temor de acompañar lo que hay que apoyar.

No hay comentarios: